Un arma secreta para animas benditas novena
El beato Esteban, religioso franciscano, estrellaía acaecer algunas horas cada Confusión frente al Santísimo Sacramento. Una vez vio sentado en unidad de los bancos del coro a un religioso con el rostro oculto bajo el capucho.El hombre respondió: “Todo lo que doy es mi propia ofrenda. No se alarme. No soy rico, usted piensa que doy más de lo